La entrada subida a este blog el día 4 de mayo, referida a la polémica suscitada por el stand argentino en la Feria Internacional del Libro de Colombia, concluía con estas palabras: "Tanto las gestiones anteriores, como ésta, tal vez deberían haber consensuado sus ideas con los escritores invitados y, asimismo, hacer público el gasto realizado en cada oportunidad para que el público pueda evaluar en cada caso el sentido de la inversión, sus resultados y los eventuales beneficios". Y luego se afirmaba: "De otro modo, la sensación de incomodidad que sigue a estos eventos se vuelve acumulativa. Basta con leer los comentarios de los lectores al final de cada una de las notas que se publican más arriba para hacerse una idea de la desconfianza que el actual Ministerio de Cultura se supo granjear incluso entre los propios votantes de la fuerza política a la que ideológicamente representa".
Un día antes, la periodista Hinde Pomeraniec entrevistaba a Pablo Avelutto para Cultura InfoBAE, medio que ella dirige, y allí se discutían diversos temas; entre otros, el "escrache" en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, los anuncios que no pudieron hacerse, la reacción del Ministro ante la irrupción de los docentes (ver entradas en este blog del día 28 de abril pasado) y su opinión sobre los comentarios de Alberto Manguel en la FILBO. Todo eso puede leerse acá:
https://www.infobae.com/cultura/2018/05/03/pablo-avelluto-manguel-tiene-una-concepcion-de-la-cultura-que-deja-afuera-algunos-fenomenos-populares/
Lo que relaciona el párrafo resaltado en rojo con lo que dice Avelutto en la mentada entrevista son estos párrafos:
1) El primer tema tiene por protagonistas al Ministro de Cultura y a Alberto Manguel, director de la Biblioteca Nacional de Argentina y funcionario dependiente del Ministerio de Cultura. Así, cuando Pomeraniec quiere saber por qué Manguel dice lo que dice en el lugar donde lo dice y si Avelutto ya habló con él, éste responde: "Sí, nos escribimos ayer mismo por mail. Somos muy amigos con Alberto (...). Yo creo que a él lo tomó por sorpresa, creo que claramente lo tomó por sorpresa y no le gustó y está todo bien que no le guste. Tenés todo el derecho del mundo a que no te guste". La periodista entonces quiere saber si Manguel ya se lo había manifestado al Ministro: "No, no. No, si me lo hubiera dicho, lo hubiéramos hablado. Yo creo que él ni sabía que yo tenía algo que ver con eso. Creo que él tiene una concepción que deja afuera algunos fenómenos populares, que yo creo que es equivocada pero que eso no implica que no podemos trabajar juntos y que yo siento una profunda admiración por él y que tengamos un excelente vínculo personal. Digo, me parece que al contrario, no le gustó pero dio su charla igual y era lo que a mí me importaba. Y la semana que viene vamos a estar juntos en Ottawa, yo presentándolo en un encuentro internacional de cultura". Pomeraniec entonces insistió preguntándo qué le había dicho Avelutto a Manguel: "Le dije que no sólo no estaba de acuerdo, porque no tengo que acordar con su posición, sino que además el stand había sido un éxito extraordinario, que se había vendido todo. La Asociación de Libreros Independientes de Colombia dice que nunca vendieron tantos libros. Se vendieron, para que te des una idea, 13.589 ejemplares: es un número. (...) Quedamos en discutirlo largo cuando él volviera. Yo ahora me voy pero seguramente lo vamos a discutir la semana que viene en Canadá. Él creo que tenía una visión un poco literaria, para llamarla de algún modo, y por ahí estos elementos que yo te cuento que tienen que ver con el estudio del público, con hacer algo disruptivo que no se pareciera a lo que estás esperando ver, el público es diferente…".
2) Cuando la periodista le pregunta a Avelutto si el stand fue idea suya, éste contesta que no, pero rápidamente señala que conceptualmente sí. Luego, Pomeraniec insiste: "Y eso, ¿con cuánta gente lo habló, ministro?". A lo que Avelutto responde: "¿Por qué tenía que hablarlo? A ver: lo hablé con mi equipo dentro del Ministerio. Lo hablé con el presidente. Lo hablé con el jefe de Gabinete. Lo hablé con quienes era necesario, para chequear que la idea les pareciera buena, asociar con el fútbol. ¿Por qué? Porque éste es un año de Mundial de Fútbol, porque lo estábamos llevando a Sacheri, porque había una lógica… El truco era hacer entrar a la gente al stand y que la gente en su recorrido tuviera una experiencia. No es que adentro entrabas y estaban jugando un picado, ¿entendés? Adentro entrabas y tenías una cierta atmósfera futbolera que rápidamente se convertía y, cuando te querías acordar, ya estabas adentro de una librería, o escuchando un grupo de tango, qué sé yo. Uno toma las decisiones, este tipo de decisiones conceptuales, conversándolas con otra gente y poniéndolas a prueba para ver si se va a entender. Pero yo entendía algo básico, que siempre me preocupó, y es que esto era una feria popular, parecida a la nuestra, la gente que va ahí no va la semana que viene a comprar un libro en una librería, por ahí no vuelve nunca más hasta la feria del año que viene".
Todo esto lleva a nuevas preguntas: a) ¿quiénes eran las personas del Ministerio de Cultura a las cuales la idea del ministro les pareció buena?, b) ¿desde cuándo el presidente, de quien nada se sabe sobre su afición a los libros y su conocimiento de los escritores argentinos, está capacitado a opinar sobre este tipo de temas? La misma reflexión cabe para el jefe de Gabinete, y c) en la nota se habla de "los números de la FILBO", pero nada dice el Ministro sobre el dinero invertido por el Ministerio de Cultura, el de Relaciones Exteriores y el de Turismo, que, como es de público conocimiento, sale del erario público. De hecho, fuentes bien informadas, estiman que el gasto efectuado para alfombrar de pasto sintético el ámbito del stand supera los U$S 400.000, lo que en todas partes es mucho dinero que, tal vez, podría haberse utilizado con otros fines.
CODA
Por su parte, Manguel, quien fue el que comenzó con toda la cuestión, entrevistado por Flavia Pittela y Patricio Zunini en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, recordó en qué circunstancias declaró lo que declaró: "En Colombia di dos conferencias. Al final de una, un señor me hace una pregunta sobre este stand y yo le dí una opinión y por supuesto, lo tengo que hacer. Este no es un gobierno de censura, Pablo Avelluto nunca me ha dicho 'no des tu opinión en público' (...) Yo no critiqué la presencia de la Argentina en la Filbo. La Argentina era el país invitado. Di una opinión sobre la elección de convertir el stand argentino en una cancha de fútbol, como lo hubiese hecho si lo hubiesen convertido en una pizzería, en un lugar de asado, en un campo de polo. Todas son actividades nobles, pero es una feria del libro. ¿Los jugadores argentinos que vayan al Mundial van a llevar las obras de Borges?, ¿van a leer poemas en la cancha?" Y coronó su discurso diciendo: "Soy muy amigo de Avelluto, él tuvo la generosidad de ofrecerme este puesto sin conocerme y yo no lo conocía a él, y me ha apoyado en todo lo que la biblioteca ha hecho. Podemos tener diferencias de opinión, sobre todo de opinión sobre un símbolo, sobre un acto estético, sobre una presentación. Estamos tan desacostumbrados al diálogo en Argentina que si uno no dice 'sí' a algo o 'no' a algo, sino que simplemente emite una opinión, causa una revolución".
(En https://www.infobae.com/cultura/2018/05/03/alberto-manguel-estamos-tan-desacostumbrados-al-dialogo-en-argentina-que-si-uno-emite-una-opinion-causa-una-revolucion/).
Sin embargo, contrastando con las declaraciones de la primera nota de Cultura InfoBAE, en la que Avelutto se regodeaaba explicando lo bien que funciona la Biblioteca Nacional bajo la dirección de Manguel, éste, en la transcripción de una entrevista con Matilde Sánchez, que recoge un diálogo entre la directora de la revista Ñ y el autor de Historia natural de la curiosidad, y que, para más datos, se publicó el pasado 3 de mayo, señala: "'La verdad es que en la Biblioteca Nacional no tenemos un mango ni para comprar café'. El comentario fue en respuesta a una pregunta sobre la adquisición de la biblioteca personal de Bioy Casares; él aclaró que no había sido comprada sino aceptada en donación, pues no tenían un peso para hacer compras".
(En https://www.clarin.com/cultura/manguel-sincera-pide-recursos-biblioteca_0_HJ0eRMFTf.html
Cabe entonces preguntarse si la falta de muñeca política de Manguel es mera ingenuidad. También, si las declaraciones del Ministro, que ve todo color de rosa, no chocan con las del intelectual devenido en funcionario, quien aporta una cuota de realismo a la gestión. Por último, si efectivamente Avelutto y Manguel se hablan realmente y trabajan sobre una base común. Son misterios que el tiempo ira develando...
De Avelluto no me extraña nada, no entiendo cómo lo nombraron Ministro de Cultura
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