Se supone que cada país de la lengua castellana decide, en razón del habla de sus habitantes, cómo se articula. Entre los fenómenos sintácticos particulares de España está el uso de la doble preposición (“ir a por”) y el leísmo, propios de la península y ajenos a América. Sin embargo, parece que a algunos españoles los problemas que les plantea su propia versión de la lengua les resultan preocupantes. De ahí que Ada Funes haya publicado la siguiente nota en El Español, del 4 de marzo pasado. En su bajada se lee: “El uso correcto de los pronombres ‘le', 'la' y 'lo' suponen un problema para muchos hispanohablantes. Te damos unos trucos para utilizarlos correctamente y no caer en casos de leísmo, laísmo y loísmo”. En relación con la primera frase del artículo, vale la pena recordar que Jorge Luis Borges decía que los españoles piensan que el castellano es un idioma muy difícil porque lo viven como lengua extranjera.
Se dice que los
pronombres 'le', 'la' y 'lo', empezaron a utilizarse en la región de Castilla,
en la Edad Media. De hecho, lo más seguro es que provengan de la
morfosintaxis latina donde se reflejaban carencias de género masculino, femenino o neutro. De ahí, que hoy en día sea tan
complicado aplicarlos con las distinciones gramaticales que existen.
No obstante, una de las
teorías de este cambio gramatical y la importancia de género, se dice que empezó
a considerarse en el libro Variation and
Change in Spanish del autor Penny. Este libro, trata de analizar si
fuera posible una nueva forma de considerar a los pronombres, que provinieran
de la mezcla del idioma castellano y vasco.
Y aunque aún no se sepa
con certeza cuando se produjo esta nueva concepción del lenguaje, la RAE (Real Academia de la Lengua) explica con todo detalle
sus reglas de utilización.
Sin embargo, con la diversidad cultural de nuestro país no es fácil
entenderlas.
¿Habías notado que en
Galicia casi no existe el leísmo? Resulta que el gallego está
considerado una lengua romance y es increíble que hoy en día
aún conserve doble pronombre átono (te y che) para la segunda persona. Imagina
lo difícil que es acertar con 'le', 'la' y 'lo', como para tener que hacerlo
con un par de pronombres más.
¿Qué tipo de complemento es?
Cuando hablamos de leísmo, laísmo y loísmo, lo primero que debemos preguntarnos es qué tipo de complemento son:
Directo.
Indirecto.
¿A que no habías
percibido que el pronombre 'le' siempre es complemento indirecto aún sin tener
importancia su género? Por consiguiente, el tipo de complemento para el
laísmo y el loísmo, sería el complemento directo. Aunque, como en todas las
lenguas, hay excepciones que debes investigar para que tu escritura sea perfecta.
Ejemplo de leísmo:
¿Te apetece que les lleve
una copa?
Ejemplo de laísmo:
¿Te apetece que la lleve
una copa?
Ejemplo de loísmo:
¿Te apetece que los lleve
una copa?
Excepciones para el leísmo
Cómo hemos comentado
anteriormente, el leísmo suele funcionar como complemento indirecto. Sin
embargo, hay una excepción cuando se está refiriendo al género masculino en
singular, donde este pronombre funciona como complemento directo.
Por otro lado, aunque
en este caso lo más recomendable es utilizar el pronombre 'lo', debes saber que
no sería incorrecto utilizar un leísmo.
Ejemplo de leísmo como complemento
directo:
Le adularon bastante
Aunque lo más aconsejable, es decir:
Lo adularon bastante
¿Cómo aplicar leísmo, laísmo o loísmo cuando son
verbos?
Lo primero que debes
detectar es si son verbos intransitivos, pues son los que no aceptan el
complemento directo, ya que se trata de acciones y no de cosas o personas.
Ejemplo de verbos intransitivos:
Caminar.
Estacionar.
Cuando son verbos intransitivos no se puede utilizar el loísmo y el laísmo, por lo que siempre se utilizara el leísmo. En cambio, en los casos en los que los verbos se estén refiriendo a cosas o personas, es frecuente utilizar pronombres como 'lo' o 'la'.
Ejemplo de verbos para cosas o
personas:
Fotografiar.
Tocar.
Limpiar.
Mitos sobre el leísmo, laísmo y loísmo
Seguro que has
escuchado en más de una ocasión, la afirmación de que, realizando la
pregunta: ¿A quién?
Ibas a determinar el
tipo de complemento que sería y, por tanto, qué tipo de pronombre le
pertenecería. Pero debes saber que esa pregunta no es del todo correcta, ya que
suele inducir a errores porque no determina el complemento, sino la persona.
¿Cómo saber el tipo de complemento?
Lo más correcto para determinar
el tipo de complemento, sería hacer una transformación de la oración normal, a
pasiva. De esta forma, el complemento directo ejercería de sujeto paciente y
sabrías que tipo de pronombre le corresponde.
Ejemplos de oraciones pasivas:
Ayer vi a Julia
Haría referencia al
laísmo 'la vi' y se transforma en la oración pasiva:
Ayer fue vista por mi
Trucos para evitar el uso incorrecto del leísmo,
laísmo y loísmo
Si quieres que tu
escritura sea perfecta, estos trucos te vendrán de maravilla:
Cuando la palabra vaya a sustituir el pronombre que haga referencia a un animal o una cosa, jamás podrás utilizar leísmo. Del mismo modo, cuando haga referencia a nombres femeninos de personas, tampoco podrás utilizar 'le' o 'les'.
Con los verbos intransitivos siempre deberás utilizar el leísmo.
El pronombre 'la' nunca debe utilizarse como complemento indirecto.
Sólo podrás aplicar el pronombre 'lo' para referirte a animales y cosas, excepto en los casos en los que haya un nombre femenino donde también estaría permitido utilizarlo.
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