En el último número de la revista Ñ, publicado el sábado 28 de mayo, hay una muy interesante nota de tapa, debida a Marcos Mayer, a propósito del consumo cultural. Esa nota central se acompaña de una segunda nota, firmada por Carlos Maslaton, donde milagrosamente se ofrecen cifras concretas del consumo de libros en la Argentina durante el año 2010 y se las compara con las cifras de otras latitudes. El misterior sin embargo persite en lo referente a las ventas de música,
En la Argentina no existen estadísticas oficiales sobre la cantidad de libros que los consumidores adquieren en librerías, y aún menos en sitios virtuales del estilo de Amazon y firmas similares. Lo que sí se registra escrupulosamente es la producción de libros y los distintos segmentos que los diferentes géneros representan dentro del total producido. De todos modos, las editoriales organizan su volumen de tirada en relación a estimaciones cercanas a los valores de venta registrados en los años anteriores.
Los datos aportados por las estadísticas que lleva la Cámara Argentina del Libro (CAL) revelan que en curso del año 2010 las editoriales lanzaron al mercado 22.781 títulos, lo que conlleva a una producción total de un poco más de 60 millones de ejemplares. La parte más sustanciosa de la torta se la lleva la producción de libros de literatura, con 16.733.455 de ejemplares. Dentro de esa misma franja, pero específicamente en el género de producciones destinadas a un público infantil y juvenil, la cantidad de volúmenes alcanza los 16.458.358. En tercer puesto del ranking, las necesidades de satisfacer el interés del público lector están orientadas hacia la venta de libros de temáticas vinculadas a las ciencias sociales y humanísticas, con 15.795.615 unidades.
Por su parte, el Sistema de Información Cultural de la Argentina (SInCA), dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación, tiene en su página oficial el acceso a los datos que permitirían hacerse una idea clara de cuánto de lo que producen editoriales y empresas discográficas llega a manos de los consumidores de bienes culturales. Pero, también, sólo registran cuánto se produce, pero no cuánto se consume.
Las estadísticas más actuales del SInCA corresponden al año 2008 y reflejan únicamente el porcentaje que cada provincia tiene en el total de libros producidos: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con 67,28 por ciento; Buenos Aires con 10,16 por ciento; Córdoba con 5,12, Santa Fe con 3,67 y el resto del país con 5,46 por ciento.
En el área estadística de la Ciudad de Buenos Aires, el Observatorio de Industrias Culturales (OIC) tiene valores provisorios sobre el ciclo 2010, pero estima que durante el año pasado la publicación de títulos aumentó un 15,5 por ciento, mientras que la cantidad de ejemplares disminuyó 8,1 por ciento en relación a los valores arrojados por el ciclo 2009.
Pero una idea del nivel de consumo de libros a nivel nacional puede obtenerse a través de referentes destacados de la industria: consultada por Ñ , la editorial Planeta Argentina informó que durante el curso del 2010, sus productos (incluyendo todos los géneros) alcanzaron la cifra de 2.500.000 ejemplares vendidos. Por su parte, Random House Mondadori llevó a las bibliotecas de los argentinos 3.900.000 libros.
Las cifras de venta de las editoriales independientes son modestas, en comparación con los grandes tanques del mercado, pero no desdeñables: Ediciones Continente admite un incremento del 35 por ciento en el volumen de ventas durante los últimos doce meses, y un total de libros vendidos de 40.000 ejemplares durante 2010. El hit de la editorial es La Filosofía de House , de William Irwin y Henry Jacoby, con varias ediciones agotadas.
El universo del libro en los Estados Unidos es de una categoría económica diferente: según los datos relevados por la Association of American Publishers (AAP), las ventas anuales correspondientes a 2009 arrojaron un saldo neto de 24 billones de dólares, con un promedio de crecimiento anual del 1,1 por ciento durante los últimos siete años. En el mercado norteamericano, el audio book (libros grabados por los propios autores o por importantes personalidades del showbizz local) tiene una presencia que en nuestro país es casi nula, y sus ventas en 2009 significaron una facturación de 192 millones de dólares, mientras que los libros electrónicos (cuya presencia en el mercado de la Argentina todavía es incipiente) alcanzó los 313 millones de dólares, lo que significó un 176 por ciento de aumento en relación a las ventas del año anterior. Los textos eminentemente educativos (desde el nivel primario al universitario) arrojaron ventas por 9 billones de dólares. Un dato más: los libros de temática religiosa representaron 659 millones de dólares de ingresos a lo largo de 2009.
En el terreno de la música, los números que maneja la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF) registran las cifras de consumo del período 2009, que alcanzó las 13.591.618 unidades, incluyendo todos los soportes físicos relacionados con la industria: cd, casetes, singles, videos, vinilos y dvd musicales. En términos netamente económicos, la industria generó ingresos por un monto superior a los 333 millones de pesos. El formato más vendido en nuestro país continúa siendo el cd, que concentra un 89 por ciento del mercado. De todos modos, estos números también adquieren cierto matiz de provisionalidad: se calcula que el 60 por ciento del dinero que se mueve en el mercado de la música corresponde a las ventas ilegales.
A nivel mundial, las estadísticas aportan datos más cercanos: el Digital Music Report 2011, recientemente publicado por la Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI) reveló que la tendencia de los consumidores a acceder a la música a través de canales digitales siguió creciendo en 2010. Se han expandido modelos de suscripción nuevos y fáciles de usar –Spotify, Deezer y Vodafone– junto a los cientos de servicios legales para descargar música a los que los consumidores ya tienen acceso. Las discográficas también se han asociado con las operadoras de telefonía celular para ofrecer servicios musicales en Irlanda, Taiwán, Italia, Corea del Sur, Dinamarca, Noruega y Suecia. Se estima que en 2010 los ingresos por la venta de música en formato digital aumentaron un 6 por ciento en todo el mundo, alcanzando un total de 4.600 millones de dólares. El mercado de música digital comprende dos segmentos: a) Celulares o mobile, que incluye la descarga y acceso a contenidos desde teléfonos celulares y b) Internet como medio para la descarga de contenidos musicales.
En la actualidad, los canales digitales representan el 29 por ciento de los ingresos de la industria musical a nivel mundial, porcentaje superior al de 2009, que fue de un 25 por ciento. En 2010, el crecimiento fue relevante en Europa (de casi un 20 por ciento), y las ventas de álbumes en formato digital crecieron mucho en los principales mercados (29 por ciento en el Reino Unido, 43 en Francia, y 13 en Estados Unidos).
El mismo informe de IFPI da cuenta de los últimos avances en el mercado de la música digital. En 2010, los servicios por suscripción tuvieron gran incidencia: Spotify alcanzó a tener más de 750.000 abonados, y Vodafone Music acumuló más de 600.000 clientes en ocho mercados europeos. Deezer ha logrado un alcance significativo en Francia, donde es utilizado por un 13 por ciento de los usuarios activos de Internet.
Según un informe elaborado por CAPIF, en la Argentina las ventas digitales representan el 7 por ciento del mercado total de música, mientras que el promedio a nivel regional es del 15 por ciento. En cuanto al consumo de dvd, es otro de los terrenos donde no se hallan cifras locales, dado que el auge de la piratería a través de los medios electrónicos se ha convertido en el talón de Aquiles de la industria. Un solo ejemplo basta para graficar la gravedad del problema: el año pasado, Sony Pictures Entertainment informó que estaba evaluando la posibilidad de ya no vender películas en dvd en España, dado que en ese país la piratería había pasado en apenas un año de 132 millones de descargas a 350 millones. Las ventas de filmes en dvd cayeron alrededor de un 30 por ciento y cerraron cerca de 9.000 locales que se dedicaban a comercializar el formato en el territorio español. Pero no es éste el único caso: desde 2008 los estudios de Hollywood no venden más películas en dvd en Corea del Sur. En ese país, el sector está totalmente copado por las ventas ilegales.
En la foto que ilustra esta nota, la librería El Ateneo Grand Splendid, de la ciudad de Buenos Aires.
Lean, miren, escuchen
En la Argentina no existen estadísticas oficiales sobre la cantidad de libros que los consumidores adquieren en librerías, y aún menos en sitios virtuales del estilo de Amazon y firmas similares. Lo que sí se registra escrupulosamente es la producción de libros y los distintos segmentos que los diferentes géneros representan dentro del total producido. De todos modos, las editoriales organizan su volumen de tirada en relación a estimaciones cercanas a los valores de venta registrados en los años anteriores.
Los datos aportados por las estadísticas que lleva la Cámara Argentina del Libro (CAL) revelan que en curso del año 2010 las editoriales lanzaron al mercado 22.781 títulos, lo que conlleva a una producción total de un poco más de 60 millones de ejemplares. La parte más sustanciosa de la torta se la lleva la producción de libros de literatura, con 16.733.455 de ejemplares. Dentro de esa misma franja, pero específicamente en el género de producciones destinadas a un público infantil y juvenil, la cantidad de volúmenes alcanza los 16.458.358. En tercer puesto del ranking, las necesidades de satisfacer el interés del público lector están orientadas hacia la venta de libros de temáticas vinculadas a las ciencias sociales y humanísticas, con 15.795.615 unidades.
Por su parte, el Sistema de Información Cultural de la Argentina (SInCA), dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación, tiene en su página oficial el acceso a los datos que permitirían hacerse una idea clara de cuánto de lo que producen editoriales y empresas discográficas llega a manos de los consumidores de bienes culturales. Pero, también, sólo registran cuánto se produce, pero no cuánto se consume.
Las estadísticas más actuales del SInCA corresponden al año 2008 y reflejan únicamente el porcentaje que cada provincia tiene en el total de libros producidos: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con 67,28 por ciento; Buenos Aires con 10,16 por ciento; Córdoba con 5,12, Santa Fe con 3,67 y el resto del país con 5,46 por ciento.
En el área estadística de la Ciudad de Buenos Aires, el Observatorio de Industrias Culturales (OIC) tiene valores provisorios sobre el ciclo 2010, pero estima que durante el año pasado la publicación de títulos aumentó un 15,5 por ciento, mientras que la cantidad de ejemplares disminuyó 8,1 por ciento en relación a los valores arrojados por el ciclo 2009.
Pero una idea del nivel de consumo de libros a nivel nacional puede obtenerse a través de referentes destacados de la industria: consultada por Ñ , la editorial Planeta Argentina informó que durante el curso del 2010, sus productos (incluyendo todos los géneros) alcanzaron la cifra de 2.500.000 ejemplares vendidos. Por su parte, Random House Mondadori llevó a las bibliotecas de los argentinos 3.900.000 libros.
Las cifras de venta de las editoriales independientes son modestas, en comparación con los grandes tanques del mercado, pero no desdeñables: Ediciones Continente admite un incremento del 35 por ciento en el volumen de ventas durante los últimos doce meses, y un total de libros vendidos de 40.000 ejemplares durante 2010. El hit de la editorial es La Filosofía de House , de William Irwin y Henry Jacoby, con varias ediciones agotadas.
El universo del libro en los Estados Unidos es de una categoría económica diferente: según los datos relevados por la Association of American Publishers (AAP), las ventas anuales correspondientes a 2009 arrojaron un saldo neto de 24 billones de dólares, con un promedio de crecimiento anual del 1,1 por ciento durante los últimos siete años. En el mercado norteamericano, el audio book (libros grabados por los propios autores o por importantes personalidades del showbizz local) tiene una presencia que en nuestro país es casi nula, y sus ventas en 2009 significaron una facturación de 192 millones de dólares, mientras que los libros electrónicos (cuya presencia en el mercado de la Argentina todavía es incipiente) alcanzó los 313 millones de dólares, lo que significó un 176 por ciento de aumento en relación a las ventas del año anterior. Los textos eminentemente educativos (desde el nivel primario al universitario) arrojaron ventas por 9 billones de dólares. Un dato más: los libros de temática religiosa representaron 659 millones de dólares de ingresos a lo largo de 2009.
En el terreno de la música, los números que maneja la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF) registran las cifras de consumo del período 2009, que alcanzó las 13.591.618 unidades, incluyendo todos los soportes físicos relacionados con la industria: cd, casetes, singles, videos, vinilos y dvd musicales. En términos netamente económicos, la industria generó ingresos por un monto superior a los 333 millones de pesos. El formato más vendido en nuestro país continúa siendo el cd, que concentra un 89 por ciento del mercado. De todos modos, estos números también adquieren cierto matiz de provisionalidad: se calcula que el 60 por ciento del dinero que se mueve en el mercado de la música corresponde a las ventas ilegales.
A nivel mundial, las estadísticas aportan datos más cercanos: el Digital Music Report 2011, recientemente publicado por la Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI) reveló que la tendencia de los consumidores a acceder a la música a través de canales digitales siguió creciendo en 2010. Se han expandido modelos de suscripción nuevos y fáciles de usar –Spotify, Deezer y Vodafone– junto a los cientos de servicios legales para descargar música a los que los consumidores ya tienen acceso. Las discográficas también se han asociado con las operadoras de telefonía celular para ofrecer servicios musicales en Irlanda, Taiwán, Italia, Corea del Sur, Dinamarca, Noruega y Suecia. Se estima que en 2010 los ingresos por la venta de música en formato digital aumentaron un 6 por ciento en todo el mundo, alcanzando un total de 4.600 millones de dólares. El mercado de música digital comprende dos segmentos: a) Celulares o mobile, que incluye la descarga y acceso a contenidos desde teléfonos celulares y b) Internet como medio para la descarga de contenidos musicales.
En la actualidad, los canales digitales representan el 29 por ciento de los ingresos de la industria musical a nivel mundial, porcentaje superior al de 2009, que fue de un 25 por ciento. En 2010, el crecimiento fue relevante en Europa (de casi un 20 por ciento), y las ventas de álbumes en formato digital crecieron mucho en los principales mercados (29 por ciento en el Reino Unido, 43 en Francia, y 13 en Estados Unidos).
El mismo informe de IFPI da cuenta de los últimos avances en el mercado de la música digital. En 2010, los servicios por suscripción tuvieron gran incidencia: Spotify alcanzó a tener más de 750.000 abonados, y Vodafone Music acumuló más de 600.000 clientes en ocho mercados europeos. Deezer ha logrado un alcance significativo en Francia, donde es utilizado por un 13 por ciento de los usuarios activos de Internet.
Según un informe elaborado por CAPIF, en la Argentina las ventas digitales representan el 7 por ciento del mercado total de música, mientras que el promedio a nivel regional es del 15 por ciento. En cuanto al consumo de dvd, es otro de los terrenos donde no se hallan cifras locales, dado que el auge de la piratería a través de los medios electrónicos se ha convertido en el talón de Aquiles de la industria. Un solo ejemplo basta para graficar la gravedad del problema: el año pasado, Sony Pictures Entertainment informó que estaba evaluando la posibilidad de ya no vender películas en dvd en España, dado que en ese país la piratería había pasado en apenas un año de 132 millones de descargas a 350 millones. Las ventas de filmes en dvd cayeron alrededor de un 30 por ciento y cerraron cerca de 9.000 locales que se dedicaban a comercializar el formato en el territorio español. Pero no es éste el único caso: desde 2008 los estudios de Hollywood no venden más películas en dvd en Corea del Sur. En ese país, el sector está totalmente copado por las ventas ilegales.
En la foto que ilustra esta nota, la librería El Ateneo Grand Splendid, de la ciudad de Buenos Aires.
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