Orestes López Sandoval
Orestes Sandoval López (Guanajay, Cuba; 1962), se graduó de Lengua y
Literatura Alemana por la Universidad de La Habana en 1985. Durante 17 años fue
profesor en la Facultad de Lenguas Extranjeras de esa Universidad, donde
realizó su doctorado sobre la obra del dramaturgo alemán Heiner Müller, de
quien publicó una antología de textos. Traduce sobre todo piezas teatrales (Dea
Loher, Roland Schimmelpfennig, Fritz Kater, Sasha Marianna Salzmann, etc.) y
ensayos (para las revistas Criterios
y Marx Ahora), pero también ha
publicado traducciones de poesía y novelas (Hugo Loetscher: Mundo de milagros y Hans Christoph Buch:
Haiti Chérie).
Espartano por naturaleza, tranquilo hasta la condición mineral, Orestes es una de las personas más equilibradas que sea posible encontrar, pero pierde por completo la razón cuando escucha heavy metal. Vale decir, la siguiente entrevista tuvo lugar cuando se acabaron los útlimos acordes de un disco de Anthrax y antes de que empezara otro de Metallica.
“La visibilidad de los traductores en Cuba es muy
baja”
–¿Cuál es la situación de los
traductores literarios en Cuba?
–Los
traductores literarios están integrados a la Unión Nacional de Escritores y
Artistas de Cuba, donde existe una “Sección de Traductores Literarios”.
Condición para formar parte de ella es haber publicado algo en algún lugar, ya
sea en Cuba o en el extranjero. En ese sentido los requisitos no son demasiado
severos. No obstante, no es obligación formar parte de la organización aunque
se practique sistemáticamente la traducción literaria. La sección trabaja
irregularmente. Recién ha vuelto a retomarse los encuentros sistemáticos donde
se discuten problemas de traducción y se intercambia con los colegas. Esos
encuentros se realizan una vez al mes. Sin embargo, la visibilidad de los
traductores en Cuba es muy baja. No es común que sus nombres aparezcan en las
portadas de los libros. Por lo regular el nombre aparece en el mismo lugar en
que aparecen los demás involucrados en la realización del libro: editor,
corrector, diseñador, etc. Cada dos años la sección de traductores literarios
organiza un simposio internacional sobre traducción literaria, que tiene
lugar en el mes de noviembre. Es una actividad proporcionalmente bien visitada
en relación con la poca trascendencia internacional de la sección desde el
punto de vista intelectual, aunque cabe destacar que varios traductores cubanos
han recibido premios de la Federación Internacional de Traductores.
–¿Cuáles son las condiciones de
trabajo?
–Las
condiciones son bastante malas en sentido general porque no existe en Cuba una
verdadera industria editorial ni las editoriales existentes gozan de verdadera
autonomía. Los traductores apenas tienen acceso a Internet y los diccionarios
de que disponen son el producto de compras realizadas en algún viaje al
extranjero, o donaciones. El pago por el trabajo suele hacerse o por una suma
total independiente de la cantidad de páginas traducidas (se mueve entre 8.000
y 15.000 pesos cubanos, equivalente a 320 y 600 dólares) o por una cantidad
máxima de 25 pesos cubanos por página (1 dólar). El salario promedio en Cuba
oscila actualmente entre los 25 y los 30 dólares mensuales.
–¿Hay traductores cubanos que vivan en Cuba y traduzcan para el exterior?
–Sí,
aunque no podría siquiera mencionar una cantidad aproximada. De hecho esa es
una vía muy buscada para poder mejorar los ingresos y poder vivir del trabajo
de traductor.
–¿En qué medida la normativa que siguen los traductores cubanos responde al habla cubana y en qué medida se acatan las decisiones de la Real Academia para la lengua?
–No se
trata de acatar decisiones de ninguna índole sino solo de ser lo más pragmático
posible. En Cuba hay una muy clara conciencia de la diversidad del español,
pero como no tiene mucho sentido traducir para el casi inexistente mercado
cubano, el traductor cubano busca traducir según normas que le permitan hacerse
entender en cualquier parte, simplemente porque busca poder traducir para
cualquier parte. Ello no excluye el uso de cubanismos en tanto estos estén
recogidos en diccionarios que puedan ser consultados sin mayor dificultad.
–¿Qué tipo de libros se traduce?
–Actualmente
se está publicando bastante teatro traducido en Cuba, gracias a la intensa
labor de la Editorial Tablas-Alarcos. Por lo regular en Cuba se publican libros
libres de derechos o libros cuyos derechos ha cedido el autor para que su obra
se distribuya exclusivamente en Cuba. Esta exclusividad debe entenderse en
sentido estrecho: se hace una edición cubana para que circule solo en Cuba. A
veces una institución cultural vinculada a Cuba asume el pago – siempre
puramente simbólico– de los derechos. Todo eso condiciona el tipo de libro que
se publica. Es decir, se publica lo que se puede, no lo que se quiere. No es
posible hacer un verdadero plan editorial, a veces por razones bastante
pedestres: disponibilidad de papel. La abrumadora mayoría de las publicaciones
cubanas son muy baratas y aparecen en papel de bastante mala calidad.
–¿Cuánto se traduce?
–Se
traduce poco en realidad. Ello se desprende de lo dicho en las anteriores
preguntas. Debido a los problemas mencionados se traducen cosas pequeñas, que
puedan aparecer en revistas (poesía, artículos, ensayos).
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