“El llamado de 2017 lleva más de un año sin
respuesta, salvo a los proyectos rechazados. Preparan una nueva ley”. Eso dice
la bajada de la nota publicada por Patricia Kolesnicov en el diario Clarín del
1 de junio pasado.
Mecenazgo porteño: la cultura puede esperar
Quienes
hayan acuñado algún lindo proyecto y entren a la página del Ministerio de
Cultura porteño con la ilusión de conseguir ayuda económica a través del
régimen de mecenazgo, tal vez terminen el día frustrados: "Por el momento no se encuentra
disponible la fecha de la Convocatoria 2018, es lo que se informa bajo el
título "Información para beneficiarios".
En
cambio, las instituciones que se presentan todos los años para pedir esos
fondos -aportes privados a la cultura que luego se deducen de impuestos- no se
sorprenderán: ellos saben que el llamado de abril de 2017 todavía no se
resolvió y ven cómo los montos pedidos se devalúan mientras algunos reciben
llamados informales comunicando que "está por salir" y otros, cartas
de rechazo a sus proyectos. Pasó un año: todos los plazos están vencidos pero
hasta ahora no hubo apuro. Los que tienen espalda
hacen su obra y recuperan después y los que no, bajan la persiana. La cultura puede esperar.
En
la ciudad de Buenos Aires, la Ley de Mecenazgo se aprobó en 2007 y se aplicó
dos años más tarde. Si bien nunca fue un trámite dinámico, entró en un tempo cada vez más moroso en los
últimos dos años. Su propósito es generar aportes privados para la cultura y
eso se logra dándoles a quienes donan beneficios impositivos; es decir que en
la práctica el Estado redirige parte de sus recursos -los que cobraría como
impuestos- al área de cultura. Quien lo requiere presenta un proyecto y un
comité de especialistas aconseja su aprobación o su rechazo: según la ley, a
los 60 días de la presentación de un proyecto, el comité tiene que entregar su
informe al Ministerio de Cultura.
El
monto total otorgado a todos los proyectos no puede superar el 1,1 de lo
recaudado por Ingresos Brutos. ¿Mucho o poco? En 2017 la recaudación fue de
91.248 millones de pesos, así que el área podría
beneficiarse con 1003 millones, pero, explican desde el
Gobierno, en la práctica el número lo decide el Ejecutivo. ¿Mucho o poco?
Mucho: para 2018, el presupuesto del ministerio de Cultura porteño es de
alrededor de 4.278 millones. ¿Quiere el gobierno porteño
aumentar de tal manera el presupuesto de Cultura? Difícil
de creer.
La
ley porteña, en particular, tiene en cuenta a los pequeños aportantes (algo
similar a los monotributistas), que recibirán como compensación todo lo que
hubieran pagado por Ingresos Brutos. Y establece que los más grandes, las
empresas, puedan dirigir a estos proyectos el 10 por ciento de sus obligaciones
con la Ciudad. Aquí hay otras consideraciones: si muestran su marca en el
evento u obra que patrocinan, las empresas reciben de vuelta el 50 por ciento
de lo que aportaron. Y si no lo hacen, el fisco porteño premia esa discreción
devolviéndoles todo.
Los proyectos más diversos se financiaron de este modo: desde el Festival
de Teatro Clásico hasta una Fiesta de títeres para adultos. Desde el Festival
de Artes Escénicas Konex hasta teatro comunitario en Pompeya. Desde una revista
de fotografía -Balam- hasta el catálogo de la feria arteBA. Desde el festival
literario FILBA hasta la Bienal de Performance. Y, para asombro de muchos,
reformas edilicias de museos públicos -como el Larreta, en Belgrano- y hasta
actividades corrientes de esas instituciones, como la celebrada muestra de
Tomás Saraceno en el Moderno, de San Telmo.
Es
que los museos porteños tienen presupuestos indigentes, explican varios
directores, en el más cerrado off the
record. Tienen cajas chicas de unos 15.000 pesos que reciben después de
llenar cordilleras de papeles. Y para funcionar tienen que gestionar gasto por
gasto. Sin la plata de mecenazgo, deslizan, no llegan a fin de año.
Frente
a eso, algunos directores optaron por pedir Mecenazgo. "En abril de 2017
-cuenta Delfina Helguera, directora del Larreta- me presenté con un proyecto
para terminar las salas. Pedía el arreglo del equipo de climatización del
depósito de obras con un humidificador nuevo (indispensable para conservar las
obras), arreglar carpinterías y completar la iluminación. Hace unos días me
llegó un papel diciendo que no me lo otorgaban". El museo genera recursos:
su bellísimo jardín se alquila por 13.000 pesos por día. Pero el dinero no
queda en casa sino que va a las arcas generales. Un restaurante que allí
funciona paga 39.000 pesos, que siguen el mismo camino.
El
problema -cuenta la presidenta de una fundación que ya recibió dos avisos de
rechazo de los tres proyectos que presentó en 2017- es que tardan muchísimo y
aprueban un 50, 70 por ciento de lo pedido. "Para cuando te llega, termina
siendo tan poca plata que es un problema: tenés un compromiso de hacer algo y
no te alcanza".
En el gobierno porteño informan que la lista de proyectos aprobados en
2017 está lista y que la darán a conocer en estos días: planean hacer, antes de
fin de junio, una feria donde se encuentren creadores y sponsors. Pero respecto
de este tema lo que tienen bajo el brazo es un nuevo proyecto de ley, que
esperan mandar a la Legislatura en un mes, cuando lo terminen de consensuar con
la Jefatura de Gabinete.
La intención principal de este nuevo proyecto sería que los empresarios
aporten más. La idea es que ahora no puedan deducir más que el 70 o el 80 por
ciento.
Para tentar a las empresas, la nueva ley permitiría que los patrocinadores
difundan su imagen y haría más sencillos los trámites. También -si las
conversaciones con las áreas que manejan plata prosperan- plantearían que,
además de un techo de dinero, Mecenazgo tuviera un piso, el 0,5 por ciento de
lo recauda Ingresos Brutos. Pero todo depende de lo que diga, en última
instancia, Jefatura de Gabinete. A nivel nacional, un proyecto similar muy
anunciado cayó herido en diciembre, por cuestiones de recursos.
Que la cultura genera empleos, que crea una imagen, que es parte de la
identidad porteña, argumentan quienes aspiran a los fondos del Mecenazgo. Una
demanda que viene demorada.
Un "parate" a nivel nacional
En septiembre de 2016, con acto y alegría se anunció la presentación de
una Ley de Mecenazgo a nivel nacional: lo presentó en sociedad el propio
Mauricio Macri, con el ministro de Cultura, Pablo Avelluto.
La
ley vinculaba la donación al Impuesto a las Ganancias:parte de lo aportado se
podía deducir. Un 50 por ciento para proyectos a realizarse en la ciudad de
Buenos Aires; 80 por ciento para los del resto del país y 90 por ciento si se
trataba de iniciativas para zonas vulnerables o vinculadas a bienes
patrimoniales. En el ministerio de Cultura se creó la Dirección de Mecenazgo.
Según
los cálculos de quienes pensaron la ley, con esto la cultura ganaría 1.800
millones de pesos el año siguiente.
Sin
embargo, cuentan, un sector de Jefatura de Gabinete estimó que el costo era
excesivo. El proyecto, que había sido presentado por la senadora Marta Varela,
cayó el pasado diciembre. Se volvió a presentar, pero nadie espera que lo
defiendan. La Dirección de Mecenazgo no existe más.
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