Ayer,
24 de abril, Silvina Friera publicó
en el diario Página 12 un artículo a
propósito de la importancia de Ezra
Pound, como preludio a las jornadas en su honor comenzadas ese día mismo en
el Museo del Libro y de la Lengua de la Biblioteca Nacional de Argentina. Como
se señala en el artículo, que incluye sendas entrevistas a Juan Arabia y el Admiistrador de este blog, ambos organizadores de
las mesas, la excusa es la nueva traducción de los Cantos, del argentino Jan De
Jager.
Actualidad de un
poeta inmenso.
Hay deudas culturales que interpelan a
lectores, traductores y poetas que saben que es indispensable completar la
traducción al castellano de la obra del poeta estadounidense Ezra Pound
(1885-1972). La publicación de una nueva edición de los Cantos completos (Sexto Piso), traducidos por el argentino Jan De
Jager, la segunda después de la pionera del mexicano José Vázquez Amaral, más
la salida de Exultations (Buenos
Aires Poetry), prevista para junio, es una gran oportunidad para reflexionar,
durante dos jornadas, hoy y mañana, sobre la importancia y la influencia de la
poesía de Pound en el Museo del Libro y de la Lengua de la Biblioteca Nacional
Mariano Moreno (Las Heras 2555). En “Ezra Pound en Argentina”, organizada por
el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires y la revista y editorial
Buenos Aires Poetry, participarán Jorge Fondebrider, Jorge Aulicino, Juan
Arabia, Silvia Camerotto, Matías Battistón, Lucas Margarit y De Jager, quien
presentará su reciente traducción con una perlita: se podrá oír una lectura de
algunos cantos en la voz de Pound.
“La influencia de Pound es
reciente –plantea Fondebrider a Página 12
–. No es que no se lo conociera, pero no estoy seguro de que se lo tuviera como
referente. (Alberto) Girri, que tradujo casi toda la poesía estadounidense,
hizo muy pocas versiones de él. (Joaquín) Giannuzzi le prestó atención a sus
escritos teóricos, pero no sé si a su poesía. Gelman se ocupó de aspectos más
ideológicos, como por ejemplo, el canto XLV, el referido a la usura. Creo que,
en cuestiones de escritura, Pound empezó a tallar hacia los años 70 y 80. De
hecho, si se exceptúa la excelente antología de Carlos Viola Soto en Fabril
Editora hacia principios de los años 60, es en ese entonces donde comienza a
traducirse más sistemáticamente. En el número dos de Diario de Poesía hicimos
un ‘dossier Pound’ y, poco después, Gerardo Gambolini y yo hicimos un fascículo
Pound para Los Grandes Poetas. Más tarde, Jorge Aulicino, que es poundiano
viejo, hizo Argentarium, la antología
de Pound traducida por argentinos. Y ya en estos últimos años, Juan Arabia está
llevando a cabo una tarea ciclópea de recreación de la poesía de Pound. Los Cantos, en la traducción de Jan De
Jager, son un mojón fundamental de este trabajo”.
Arabia, poeta, traductor y director
del sello editorial y revista Buenos Aires Poetry, advierte que “la poesía de
Pound es completamente metaliteraria, así como su propia vida”. “Era capaz de
ver a los poetas provenzales como Arnaut Daniel o Bertran de Born como seres
vivos. Con esto quiero decir que, al traducir a un poeta como Pound, uno tiene
que involucrarse de lleno con todo ese universo”, explica Arabia, que ha
traducido Exultations, un trabajo muy
temprano de Pound, escrito y publicado en 1909, cuando tenía 24 años. “Es un
libro complejo, artificial en muchas de sus capas: incluye dos sextinas,
registro inventado por Arnaut Daniel, traducciones del latín, así como del
provenzal y del español; hay incluso una versión de un poema de Los Pastores de
Belén de Lope de Vega –aclara el traductor–. Seguramente Pound se ocultaba
detrás de todos estos autores, algo que hereda del monólogo dramático de Robert
Browning, y que mantiene a lo largo de toda su obra. A partir de Lustra (1916), y por supuesto los
Cantos, ese monólogo lo incluye a él, como personaje real, dialéctico y por
tanto histórico”. Para Arabia más que lo que se podría llamar una dificultad en
la traducción, “se asemeja a un proyecto dialógico de formación, una formación
constante, que siembra estelas en la obra de uno, y por tanto en la propia
vida”. Sobre la crítica permanente que ha recibido y recibe el poeta
estadounidense por su apoyo a Benito Mussolini, el traductor de Exultations
advierte que “hoy no pensamos la poesía occitana como monárquica” y pone como
ejemplo “el planh –género de lamento
fúnebre en la poesía trovadoresca, la mayoría dedicados a llorar la muerte de
un gran personaje, protectores o protectoras del trovador– de un poeta
provenzal hacia un rey–cualquiera sea el poeta, cualquiera sea el rey”.
¿Por
qué ha costado tanto tiempo tener un Pound lo más “completo” posible? Lo
ideológico, su ferviente admiración hacia Mussolini, ¿ha sido un impedimento
para leerlo? “Tener a Pound completo es una tarea enorme. Los Cantos son un trabajo monumental, tan
importante como traducir a Dante, a Shakespeare, a Flaubert o a Joyce –compara
Fondebrider–. Decir que son difíciles es poco: hay miles de referencias
culturales que desentrañar, hay citas, hay muchos niveles de lengua, hay muchas
lenguas, hay conocimientos públicos y privados de la vida de Pound y de sus
contemporáneos para tener en cuenta. Y también, hay una traducción canónica
previa, la de Jesús Vázquez Amaral –la única hasta ahora, por cierto– con la
cual disentir. La ideología no ha sido un problema. Pensar que las vanguardias
artísticas de los años 20 y 30 estaban con la izquierda y no con la derecha,
sería ingenuo: Eliot era filonazi y monárquico, Cummings era antisemita,
Wallace Stevens un alto ejecutivo, Williams un liberal nacionalista a la
estadounidense, y así podríamos seguir un rato largo. Fijate que el mayor
elogio al pensamiento económico de Pound lo hizo entre nosotros Juan Gelman,
que de mussoliniano no tenía nada. Juzgar obras literarias del pasado desde las
ideologías del presente es peligroso y bastante inconducente”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario