El pasado domingo 16 de junio, María Teresa Cardenas M. publicó en lasección Idioma, del diario
chileno El Mercurio la siguiente
entrevista con Bieito Rubido,
director del diario español ABC. Decir
que es un dechado de perogrulladas es poco. Sin embargo, no es ése su mayor problema.
Bieito Rubido muestra palmariamente con sus dichos hasta qué punto las
políticas de Estado que España mantiene para la lengua están
inficionadas de un elemento económico que no contempla la libre determinación
de los pueblos –véase la mención del euskera y su comparación con las lenguas
amazónicas– y manifiestan una visión imperial que resulta absolutamente
necesario combatir. A la espera de que nuestros gobiernos adviertan el daño,
seguimos abogando para poner estas cuestiones en evidencia. Todos los subrayados son nuestros.
“El lector en papel
está más dispuesto a leer en profundidad”
“Las expectativas son las de siempre:
reafirmamos en poner en valor el idioma común, que permite multitud de
manifestaciones en todos los órdenes", dice Bieito Rubido (La Coruña,
1957), director del periódico ABC, acerca de la cuarta edición del foro Futuro
español en Santiago. Y detalla: "En el programa de este año hablamos no
sólo de comunicación, de cultura, sino que también de economía, de cocina,
incluso de fútbol. Vamos a abordar aspectos muy interesantes que tienen que ver
con la nueva economía, con la forma de comunicamos, con la forma de poner en
valor el talento de la gente más joven".
Licenciado en Ciencias de la
Información por la Universidad Complutense de Madrid, Bieito Rubido ha
desarrollado una prolífica carrera en medios escritos, radiales y de televisión
de España, y desde 2010 está a la cabeza de ABC, principal periódico del grupo
Vocento. Y es precisamente este conglomerado de medios de comunicación el que
creo, en 2011, el proyecto Futuro en Español, una instancia que “defiende y
promueve la importancia y el carácter estratégico de la lengua española como
trascendental activo de la economía, la cultura y la sociedad”.
En ocho años, Futor en Español ha organizado 30 encuentros en diferentes
regiones de España y seis en América latina, creando alianzas con los más importantes
medios de prensa de estos países. A partir de mañana, hasta el miércoles 19,
tendrá lugar esta nueva versión en Santiago, con actividades en la Embajada de
España, la Universidad de los Andres y el Centro de Convenciones de la Sofofa.
Poco antes de viajar a Chile, Bieito Rubido habló sobre los
alcances y motivaciones Futuro en Español, así como de la importancia que este
foro tiene para el diario ABC.
“Estamos comprometidos desde el principio –señala–. En primer lugar, porque lo
organiza nuestro propio grupo, Vocento, pero sobre todo porque queremos poner
en valor el idioma español como puente de una comunidad de 500 millones de
personas que no para de crecer y que es uno de los activos más interesantes que
tenemos todos los que hablamos este idioma. Siempre digo lo mismo: yo cruzo el
Atlántico y cambio de continente, de país, de hemisferio, de estación del año
y, sin embargo, puedo hablar y entenderme y comunicarme en español, lo cual es
una gran riqueza.
–¿Cuáles son los desafíos para el español como lengua mundial?
–Yo creo que el más importante
es el desafío del idioma de Internet y el de los negocios. Ya es el segundo
idioma después del inglés para Internet y también es el segundo idioma para los
negocios, puesto que el chino,que también es muy importante, lo hablan solo los
chinos. E1 desafío es ganar cada vez más esos dos campos.
–¿Qué tarea tienen los medios de comunicación hispanoamericanos en el
fortalecimiento del español?
–Debemos,
en primer lugar, tratar de que nuestras versiones del español no se diferencien
mucho unas de otras; a veces no hay consenso en tomo al significado de determinadas
palabras. Pero sobre todo, yo creo que los medios de comunicación tenemos que trabajar
en favor de que la comunidad hispanohablante sea cada día mayor y tenga más
prestigio, que lo tiene ya. También el mundo audiovisual requiere que haya un consenso en la
utilización del idioma. El ejemplo contrario salta a la vista: la polémica
decisión de Netflix de poner subtítulos en español a la película Roma del director mexicano Alfonso
Cuarón, hablada en español. Un tema que incluso se discutió en el VIII Congreso
de la Lengua, celebrado en marzo en Córdoba, Argentina.
–¿Cómo es su relación con la Real Academia y con las academias de la
lengua española en el mundo que también defiende la riqueza de nuestro idioma?
–Con la academia trabajamos,
efectivamente, de manera muy estrecha. Históricamente, desde su nacimiento (en
1903), ABC ha tenido un especial cuidado con la lengua, siempre se ha
reconocido en este periódico una muy buena escritura del idioma español, y
seguimos en eso. De hecho, en los premios
internacionales de periodismo que da este diario el jurado siempre es presidido
por el director de la (Real) Academia de la Lengua, lo cual es una evidencia de
que nosotros estamos al servicio de la Academia.
–Además, ellos toman ejemplos de la prensa para
contextualizar ciertas palabras.
–Exacto. Ahora mismo hay
palabras que se incorporan con una rapidez muy importante al diccionario, lo que
antes no ocurría así. Y en eso juegan un papel muy importante los medios, porque
son los que ponen en el escenario público ese tipo de expresiones.
–¿Por el contrario, qué le parece que vayan
desapareciendo palabras?
–Bueno, eso es una pena, porque un idioma se
enriquece por la cantidad de formas que tiene de expresar y darles nombre a las
cosas. Hay un montón de palabras que se van perdiendo, que caen en desuso, pero
al mismo tiempo se van incorporando otras. En fin, el idioma es un ser vivo,
como lo es cualquier manifestación del ser humano.
–¿Por qué cree que se ha dado una diferencia entre los libros y los
periódicos respecto de su compartimiento en formato digital? Los libros
electrónicos parecen haber tocado techo, en beneficio del libro impreso; no así
los diarios.
–Yo creo que la
lectura sigue formando parte del último paraíso que tiene el ser humano, que es
la intimidad. Y me parece que la lectura del libro admite esa relación íntima
del lector con lo que está leyendo, mientras que las noticias se consumen con velocidad
y forman parte del caos que representa la actualidad. La actualidad siempre es
caótica, está surgiendo constantemente porque
de repente hay un atentado, un terremoto, un maremoto, la muerte de
alguien importante. Creo que la actitud del ser humano ante esos textos es
distinta.
–Eso distingue también el periódico digital del
impreso, y los hace complementarios, ¿no?
–Sin duda. En el periódico
en papel el pensamiento es más elaborado, mientras que en las redes, lo que sabemos,
es que el internauta medio está alrededor de 20 segundos por noticia. Pincha, lee
un poco, lee el titular y ya no lee más, salvo casos excepcionales. Lo sabemos,
porque se puede medir, que el consumo de la noticia es un consumo cargado de
ansiedad, muy precipitado, mientras que en el periódico de papel tienes esa
misma relación que yo decía antes con el libro. La actitud del lector es diferente; es decir, el lector del papel está más predispuesto a leer en profundidad que
el lector en una pantalla o un móvil. Tengo la corazonada de que a los periódicos impresos todavía nos queda mucha vida.
–¿Contribuye la educación de nuestros países al futuro
del español?
–Yo creo que sí.
Vamos, en España tenemos el fenómeno de determinados territorios que en un afán
de reivindicar políticamente sus peculiaridades están sobrevalorando su idioma,
pero son idiomas muy minoritarios. El euskera lo hablan apenas 200 mil personas, es como un idioma de la selva amazónica. El objetivo último de cualquier idioma es comunicarte y si no sirve para eso, pues, es como una especie de muralla china. Yo creo que sí, que en España tiene mucha importancia la educación en lengua española. Y creo que en el resto de Iberoamérica la realidad del idioma es brillantísima. E1español en sí mismo es una historia de éxito, es decir, no ha parado de crecer, no ha parado de comunicar y de intercomunicar a unos con otros. El segundo país
de hispanohablantes ahora mismo es Estados Unidos; el primero es México.
–¿Cree que es un peligro la influencia de otros
idiomas, como el inglés?
–Sin duda, por eso el papel de
las academias es tan importante, porque efectivamente hay una especie de
sobreactuación y sobrevaloración de expresiones, sobre todo en inglés y sobre todo
en el mundo de los economistas y banqueros, y de los tecnólogos. Son dos colectivos
que deben ser reeducados en el uso correcto de las expresiones en español.
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