“La Academia Argentina de Letras acaba de publicar,
a través de la editorial Colihue, el Diccionario
de la lengua de la Argentina, un trabajo de años que actualiza las palabras
regionales de nuestro país. ‘Re’, ‘manso’ y ‘abarajar’ son algunos ejemplos”:
así dice la bajada de la nota que, la semana pasada, Luciano Sáliche publicó en Cultura InfoBAE.
Un diccionario para conocer
todos los secretos del habla de los argentinos
Hay una frase que se le
atribuye a Anatole France que dice: “Un diccionario es un universo
en orden alfabético”. Para quienes nacieron y vivieron un buen rato del otro
lado de la línea que separa el mundo analógico del digital sabe el poderío que
condensan los diccionarios ampulosos. Perderse entre sus páginas es un viaje
que ni Google ni Wikipedia, ni siquiera el añejo Encarta, comprenden. Un
universo. Eso es lo que cabe allí dentro: la infinitud del lenguaje.
Pero, ¿para qué sirve un diccionario? El objetivo es
normalizar una lengua, establecerla, cazarla en el vuelo de la oralidad y
ponerla en el papel, entre dos tapas duras, para que todos podamos estudiarla.
Argentina –como todo país, aunque quizás con más intensidad– tiene una
complejidad etnográfica bifurca a su población en miles de dialectos. Pero todo
confluye en nuestra lengua, casi caprichosamente, en el idioma argentino.
NUESTRO GRAN
DICCIONARIO REGIONAL
La editorial Colihue acaba de
publicar el Diccionario de la lengua de la Argentina, un trabajo de la Academia Argentina de Letras.
Allí se materializan una serie de expresiones que, por algún motivo, no fueron
incluidas en los diccionarios anteriores, pero que mantienen una vigencia
fundamental. “Es un diccionario de las palabras regionales de la Argentina”,
explica Santiago Kalinowski (foto), jefe del Departamento de Investigaciones
Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras, en diálogo con Infobae Cultura.
Esto significa que hay un especial interés por el habla de las distintos
regiones del país.
“Acá se reúnen las palabras que no son en general del español, pero que se usan
en Argentina”, dice este académico en referencia al mestizaje con lenguas
indígenas y con otros idiomas que no están dentro de la formalidad. El prólogo
de este libro lo escribió el presidente de la Academia Argentina de Letras, José Luis Moure,
y allí dice: “Del total de las 9141 acepciones que contiene la presente
edición, solo 3357 llevan una marca de registro coloquial, vulgar, jergal,
lunfardesco, rural, etc.”
En 2008, Argentina realizó su último diccionario
general: Diccionario del habla de los argentinos,
que publicó la editorial Emecé. Hoy sería imposible hacer, explica Kalinowski,
porque no están los recursos. Mientras lo esperamos existe este complejo e
interesantísimo libro que tiene más de 700 páginas. “Un diccionario general
arranca en 40 mil palabras, este tiene seis mil”, comenta y agrega: “Siempre
fue una de las funciones de la Academia Argentina de Letras, como cualquier
academia nacional, hacer un diccionario regional. Todo este trabajo en España
no podrían hacerlo, no tienen la manera de conocer todas estas palabras. Por
eso el nuestro es un trabajo complementario el que hacemos”.
LO NOVEDOSO
Cuando Infobae Cultura le
pregunta cuáles son las palabras más novedosas que incorporaron, el académico
explica de antemano: “Hay un tema con lo novedoso. El otro día pusimos una
palabra que nos traía muchas dudas, que es el adverbio recién, en el sentido que algo que se demora, 'recién
mañana'. Ese uso es nuestro, esa es la más nueva incorporación, porque se hizo
el jueves, pero la palabra es mucho más antigua. El hecho que se la incorpore
ahora no quiere decir que sea algo nuevo en los hablantes”.
Y continúa: “Pusimos la palabra re, pero que tendría que haber estado en 2008 y en
2003, cuando ya tenía uso y estaba muy asentada. Por alguna razón esto se
demoró, se la consideró efímera, pero ingresó en 2019. Esas demoras son las más
significativas. Quizás parecía algo juvenil, pero ya no lo es. Simbólicamente
es muy importante”.
La introducción del Diccionario,
firmada por el Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filosóficas, se
lee: “Entre las más notables [novedades], vuelve más consistente el lenguaje
definicional, suprime eufemismos en definiciones de contenido sexual, que
oscurecían el sentido o sugerían algún tipo de condena (…), incorpora
disidencias femeninas en numerosas artículos que carecían de ella, con el
consiguiente aumento de las definiciones que empiezan con 'persona' en lugar de
'hombre', amplía información etimológica e incorpora casi una treintena de
nuevos recursos lexicográficos”.
CUATRO EJEMPLOS
re (Del
prefijo re-). adj, coloq. U. para intensificar determinadas cualidades del
sustantivo que modifica. U. siempre antepuesto. “Es un desafío enorme. Son
personajes muy complejos. La verdad que interpretar a Ladislao Gutiérrez es un
honor, un re orgullo”.
abarajar. tr. coloq. Sujetar, detener rápidamente un objeto en
el aire. “Se le cayó la pieza de puntilla a la dependienta y el dueño, al ver
que la abarajaba antes de tocar el suelo, dijo con su lengua, 'qué suerte pa'
las de Miguens'“.
asado, da. adl.
Cuyo. coloq. Dicho de una persona: exhausto, harto, fastidiado, en pésimas
condiciones físicas y mentales. “estoy asado con los ruidos que hacen los
plásticos de las puertas. ¿Es habitual o es un problema de mi auto?”.
manso, sa. adj.
Cuyo y Centro. coloq. U. para intensificar determinadas cualidades del
sustantivo que modifica. U. antepuesto. “Los bicivoladores 2 yo la vi y tiene una onda muy Karate Kid así que ojo que se pueden pegar manso
embole”.
TRABAJO
LEXICOGRÁFICO
Una vez por mes, los
integrantes de la Comisión de la Lengua de la Academia se reúnen e intercambian
sus últimos descubrimientos. “El diccionario se actualiza permanente”, explica.
Por eso, ya hay palabras que aquí no están pero que esperan salir a la luz
cuando se reedite o se actualice este libro. “Después, cuándo se publica en un
formato libro depende más de las alternativas de la industria editorial, o de
la cuestión de los contratos e intereses de las editoriales. En esta edición
tuvimos dificultades para conseguir editorial, pero finalmente Colihue aceptó”,
agrega.
Este diccionario es el resultado de diez años de
trabajo. Explican los académicos que las redes sociales les sirvieron de gran
ayuda para “pescar” palabras. Twitter sobre todo, donde predomina la lengua
coloquial y acepciones juveniles que escapan de todo corset formal. Otro corpus
que sirvió de fuente es el Corpe XXI de la Real Academia Española.
“La Academia Española –cuenta Santiago Kalinowski– es quien tiene a su cargo hacer un diccionario
de todas las palabras incluyendo un buen porcentaje de las regionales del
español. Este diccionario, el que acabamos de publicar, es un interés y es un
proyecto que está pensado desde el origen como una división de tareas. Y eso
tiene algunas beneficios, como que la lexicografía regional es más accesible,
se hace con menos gente. No es un diccionario argentino aunque aspira a
hacerlo, pero es un muy buen diccionario”.
¿Y PARA QUÉ SIRVE
UN DICCIONARIO ASÍ?
Kalinowski asegura que los
usos de este diccionario son diversos. “Este diccionario tiene muchos usos, es
diacrónico, relevó muchísima literatura argentina, mucha del siglo XIX, incluso
anterior. Hay un uso importante para el que lee gauchesca, a Mansilla. Este
diccionario va a encontrar muchas palabras que le servirán”, comienza diciendo,
y agrega: “Otro importante es para el que no es de esta regió. Aquí tiene un
lugar para entender palabras que escucha y no comprende”.
Las palabras regionales, más del uso vulgar y oral,
son igual de importantes que las formales, esas que se usan en los medios y las
instituciones públicas. “Existe una idea de que estas palabras regionales son
incorrectas, no sirven. Pero un diccionario tiene la capacidad y el potencial
de comunicar la idea contraria: todo idioma tiene palabras que comparte, pero
que después está el uso regional. Ese potencial es muy importante”, agrega.
“En este diccionario es un modo en que se normaliza la
lengua”. Se refiere a la institucionalización de ciertas acepciones. Esa es su
función, y la necesidad del lenguaje. “El diccionario tiene que registrar el
repertorio léxico de una comunidad”, concluye el académico, categórico, del
otro lado del teléfono, en este breve pero esclarecedor diálogo con Infobae Cultura.
Perdón, ¿regionales o argentinas?
ResponderEliminarPasaron de "los argentinos" en el título a "lengua de la Argentina", donde conviven muchas lenguas. Vamos de Guatemala...
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